Se denomina cobertura en términos financieros al conjunto de operaciones orientadas a reducir o directamente a anular el riesgo de un activo o pasivo financiero. Este término en inglés es conocido como Hedging.
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Parece un concepto muy novedoso, pero realmente es muy similar a cualquier contrato de seguro como los que ya utilizamos (seguros de coche, hogar…), pues se utiliza para garantizar el capital inicial.
¿En qué consiste la cobertura?
Las operaciones de cobertura consisten en la adquisición o venta de un activo financiero que se encuentre correlacionado con el elemento sobre el que quiere establecerse la cobertura. Dicha adquisición o venta puede ser de acciones, índices, tipos de interés, opciones, futuros, etc.
Tipos
Hay varias estrategias de cobertura, pero las principales, en la que se pueden englobar serían tres:
1) Cobertura en divisas
También llamada cobertura cambiaria. El objetivo principal de la cobertura es asegurar el riesgo de la variación de los precios por tasas de interés o tipos de cambio.
El principal método de cobertura de este riesgo consiste en la adquisición de productos para tal fin, como los swap de divisas, los contratos forward y las opciones.
2) Cobertura de una cartera de acciones
La cobertura de acciones o de inversiones en bolsa, se utilizaría de la mismo forma que la anterior opción, para cubrir el riesgo de una posible bajada de la cotización del valor de nuestra cartera.
Una de las estrategias más comunes que se utilizan como cobertura es la compra de opciones de venta (conocidas como PUT) por el mismo valor que la inversión, para replicar el valor.
3) Cobertura en tipos de interés
Es una opción que permitiría protegerse ante las oscilaciones del mercado que producirían subidas en los tipos de interés.
En general se utilizan productos que permiten poner un límite a la subida de los tipos o establecen un tipo fijo al interés para evitar grandes cambios (o ninguno). Suelen ofrecerlos las entidades bancarias.
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Esperamos que esta información te resulte muy útil.