Verónica
Como sabes, hasta hace relativamente poco, era una práctica muy común de muchas empresas españolas, que los socios que fuesen a su vez trabajadores de sus sociedades percibieran su salario a través de una nómina.
Pues ahora, se ha dado una nueva redacción al art. 27.1 de la Ley de IRPF y esto ¡ha cambiado!
Este artículo establece que desde este año 2015, las retribuciones percibidas en concepto de prestación de servicios profesionales por autónomos, los cuales sean socios de esta misma sociedad, se consideran rendimiento de actividades económicas.
¿Y esto cómo me afecta a mí como autónomo societario?
En primer lugar, tus rendimientos ya no tributarán como rendimientos del trabajo sino como rendimientos de actividades económicas.
Para que los rendimientos se consideren de actividades económicas hay que cumplir determinados requisitos:
- Que los rendimientos provengan de una entidad de la que seas socio, independientemente de que seas administrador o no.
- Que dichos rendimientos deriven de la realización de actividades profesionales.
- Que estés incluido en el Régimen Especial de la Seguridad Social de los Trabajadores por cuenta propia o Autónomos (RETA), o en una mutualidad de previsión social que actúe como alternativa al citado régimen especial.
Y en segundo lugar, te incrementará el “papeleo” burocrático, teniendo principalmente que:
- Darte de alta en el Censo de Empresarios y Retenedores de la Agencia Tributaria (Modelos 036 y 037).
- Llevar una contabilidad básica (libros de ingresos y gastos).
- Presentar las declaraciones y liquidaciones fiscales correspondientes (trimestrales y anuales de IVA e IRPF, en su caso).
- Y por último, emitir las correspondientes facturas por la prestación de tus servicios.
Bueno, pero no todo es malo, vas a poder deducirte los gastos que tengas por la actividad profesional que desarrolles, que con una nómina no lo podías hacer.
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