Cuando trabajas por proyectos, alinear tu dedicación a un determinado proyecto con el dinero que facturas por él es complicado. Los proyectos tienden a enloquecer y en la mayoría de ocasiones no salen tan rentables como deberían o, incluso peor, te acaban costando dinero.
Este problema es común entre muchos profesionales y puede ser crítico para tu negocio porque limita mucho tu capacidad de crecimiento.
Pero hay algo que puedes hacer para reducir el número de proyectos desbocados. Son estos 3 pasos:
Paso 1: Planifica y marca objetivos claros
No puedes empezar un proyecto sin saber exactamente qué es lo que el cliente espera de ti. Si tu proyecto no tiene una buena planificación y unos objetivos prefijados, te acabará costando dinero.
Para evitar que esto suceda, crea unas etapas previas al proyecto y haz que el cliente pase por ellas. Puedes montar, por ejemplo, una entrevista y una lluvia de ideas con tu cliente para definir bien qué es lo que quiere, y después planificar de forma conjunta la ejecución.
Aunque inicialmente pueda parecer una pérdida de tiempo, estas horas dedicadas a la preparación previa del proyecto te acabaran significando un ahorro de tiempo y dinero.
Paso 2: Habla sinceramente con tus clientes
Todo el mundo agradece la sinceridad, tus clientes también. Te ganarás más a tus clientes con un “no” de vez en cuando, que si siempre dices “quizá” y no acabas cumpliendo nunca.
Si detectas que algo no va bien, habla con tu cliente y pregúntale cuál es el problema. No pongas dificultades a su sinceridad. Si hay algo que no le gusta es mucho mejor saberlo rápido y poder discutir el tema antes de dedicar horas a una tarea que luego probablemente tendrás que tirar.
Hablando constantemente con tu cliente es más probable que el proyecto sea rentable y que estés proporcionando el servicio que tu cliente realmente quiere. De este modo evitarás frustraciones por ambas partes.
Paso 3: Marca tu línea roja
A pesar de establecer estos procesos de planificación y de comunicación con tu cliente, seguro que alguno de tus proyectos se va a desbocar. Es normal, siempre surgen problemas que no puedes controlar.
Si esto pasa debes tener pensado hasta donde quieres llegar. Establece dónde está tu línea roja y si un proyecto la cruza, actúa. No puedes permitirte proyectos que te hagan perder dinero.
Imagen de: Thomas Leth-Olsen
Cuéntale a tu cliente que no quieres trabajar más en su proyecto y los motivos específicos que te han llevado a tomar esta decisión. Probablemente entenderá que no puedes trabajar por amor al arte.
Conclusión
Cuando trabajas para tus clientes es complicado alinear el esfuerzo que te cuesta el trabajo y el dinero que cobras por él. Sobre todo porque los proyectos tienden a desbocarse.
Para minimizar este problema es muy útil definir bien qué quiere el cliente, pactar la planificación del proyecto con él y establecer una buena comunicación antes de empezar a trabajar.
Si a pesar de ello el proyecto cruza tu línea roja, debes ser consecuente y renunciar sin pensarlo. Tu negocio lo agradecerá.
¿Aplicas alguno de estos pasos en tu negocio? ¿Has abandonado alguna vez un proyecto por este motivo? Comparte tus experiencias, seguro que todos aprenderemos.
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